El bambú es una de las plantas de más rápido crecimiento en el mundo. Esto lo hace una herramienta particularmente adecuada para la captura de carbono. Debido a su rápido crecimiento,
el bambú se puede cosechar regularmente, creando una gran variedad de productos duraderos que almacenan carbono durante varios años, además del carbono almacenado en la planta. De manera gradual, el bambú puede capturar más carbono que algunas plantaciones de árboles.